Letra Impresa

Deivid

Me llamo Deivid, aunque en trámites legales y cuestiones formales me obligan a usar mi seudónimo que es David Rodríguez.

Soy escritor y guionista, y aunque eso debería ser lo mismo, ambos términos se utilizan para marcar las diferencias en dos tipos de escritura diferentes: "escritor" se refiere a literatura (cuentos, novelas, poemas y textos en general) y "guionista" se refiere particularmente a guiones, ya sean de cine, de televisión o de historietas. En mi caso escribo pocos guiones para televisión (al menos por ahora) y muchos (hasta ahora), o muchísimos, guiones para historietas (y espero poder aumentar la cantidad).

Escribo desde muy chico, pero no recuerdo cuando empecé. Tampoco cuál fue mi primer cuento, sé que escribí varios en la escuela primaria, época en la que también dibujaba mis propias historietas, así que se podría decir que ya intentaba ser escritor y guionista desde muy temprano. Después me dediqué al dibujo, aunque en realidad fue antes, siempre dibujé; desde que tengo memoria. Como casi todos los chicos estudié pintura, pero enseguida me di cuenta de que no me interesaba. Yo quería dibujar para poder contar historias fantásticas y no pintar paisajes y naturaleza muerta, así que cuando alguien me hizo saber que existía una escuela de Historietas me anoté y cursé durante 3 años. Empecé un mes antes de cumplir 14 y practiqué día y noche hasta el cansancio, pero a los 22/23 me rendí. No podía lograr lo que quería y me frustraba más insistir en algo que no me salía, que dejar de intentarlo. Persevera y triunfarás es una frase más amplia de lo que uno supone; no se trata de perder media vida cuando algo no te sale bien, perseverar también implica reconocer tus propios límites y cambiar de rumbo; a veces la entrada no está en la pared que tenemos delante sino en el sendero opuesto. Al final de cuentas mi objetivo siempre fue contar historias.

Decía que no recuerdo cuando escribí mi primer cuento, pero sí recuerdo cuando después de haber dejado de escribir durante años, escribí el que yo considero que fue el primero que me llevó hacia un nuevo rumbo. El cuento con el que me di cuenta tres cosas: que no recordaba por qué había dejado de escribir, que no quería dejar de hacerlo y que con el largo tiempo pensaría en dedicarme a eso como una carrera o algo así. Por supuesto, no lo puse en palabras en ese momento, fue un sentimiento que entendí con el tiempo. El cuento se llama La tragedia del Crucero Estelar Omega, y la fecha en la que lo terminé de escribir fue el 05/01/2001. Estaba viendo un episodio de la serie Batman Beyond, en el que una de las naves en la que viajaba un grupo de villanos era derribada, y eso me disparó la idea sobre un crucero estelar que chocaba contra una estación espacial y caía sobre la ciudad principal del planeta al que orbitaba. Era un cuento para un público adulto, pero quince años después terminó divido en dos partes, convertido en un relato para chicos y publicado dentro del libro 57 días a Neptuno, una antología de ciencia ficción divida en episodios independientes atravesados por un misterio que se resuelve en el relato final.

A partir de ese momento ya no me detuve y seguí escribiendo periódicamente. Por aquellos años me había olvidado para siempre de hacer historietas, a pesar de que seguía leyéndolas, como ya no las dibujaba tampoco las escribía. Mi meta era ser director de cine, o de televisión. Quise entrar en dos institutos públicos (los privados siempre fueron caros) y no pude ingresar. Intenté un par de veces y para no seguir perdiendo años sin estudiar nada, por consejo de mi madre y de un amigo me anoté en la carrera de Guionistas para radio y TV y fue lo mejor que hice.

Entonces pasó algo que no esperaba, mientras trataba de escribir en televisión, resurgió mi interés por escribir historietas. Y es que sucedió algo más, durante años leí historietas, pero un día las entendí. Entendí su potencial infinito para contar historias que va mucho más allá de colocar viñetas en una página, y entonces no pude volver atrás. Y como es más fácil publicar historietas que escribir series de televisión (al menos el tipo de series que a mí me interesan) lentamente fui dedicándome más al trabajo editorial y menos al televisivo. Así comencé a publicar historietas cortas en diferentes revistas y libros de antologías. Publiqué mensualmente en revistas de España y Argentina y luego armé mi emprendimiento editorial para publicar mi primer libro, una historieta llamada El Faro del Principio del Mundo, que es una historia de aventuras y ciencia ficción ambientada en la ciudad de Ushuaia, Argentina. Luego adapté 5 novelas clásicas a historieta para otra editorial: Moby Dick, El mundo perdido, La isla del Dr. Moreau, La vuelta al mundo en 80 días y El fantasma de la Ópera.

Mientras mis trabajos oscilaban entre la televisión y las historietas, me di cuenta de que me faltaba una arista más para ampliar mis opciones laborales y saciar mi sed de contar nuevas historias, y esta era la faceta literaria, la del escritor-no-guionista. Un amigo me dijo que en la revista Billiken estaban publicando cuentos y una vez más después de largo tiempo sin escribir ninguno, escribí uno pensando que sería el único o quizás el primero de dos, a lo sumo tres. Por suerte me di el lujo de publicar 25 relatos. El primero se me ocurrió esperando el colectivo y lo titulé "Una foto en alta definición". Tras verlo publicado comencé a fantasear con la posibilidad de que si seguía escribiendo más podría acumular una buena cantidad para armar una antología y mi pensamiento, a mediados de 2012, fue el siguiente: "Si lo logro se tiene que llamar Torta de chocolates con nueces", desde el vamos me pareció el nombre perfecto para un libro, además de delicioso.

Así surgió este libro, con algunos de los cuentos que escribí para la revista, pero rearmados para que puedan mudarse a esta nueva ciudad que originalmente en los relatos no existía.